jueves, 19 de agosto de 2010

LA DOBLE MORAL

Nos gusta decir de nosotros mismos que somos legales, fieles, buenos amigos, trabajadores, cumplidores con nuestro deber como ciudadano, padre, hijo o hermano... una "joyita" en pocas palabras, somos expertos en ver "la miga en el ojo ajeno", pero nosotros, nosotros no tenemos defectos, no tenemos un precio por el que vendernos, y jamás hacemos nada por lo que tener que avergonzarnos en un futuro...
Robar es un pecado, pero si soy yo quien se lleva un paquete de folios de la oficina seguro que decimos: "Él (por el jefe) tiene más dinero que yo"; si en el supermercado se equivocan con el cambio y nos falta dinero: "No son ladrones", pero si la equivocación es a nuestro favor salimos corriendo y nos callamos pensando: " Para cuando lo dan de menos"... "Yo jamás haría eso", "Yo nunca diría aquello"... pero cuando menos lo esperamos nos toca a nosotros...
Dicen el refrán "Estudia más un necesitado que un abogado" y en estos tiempos de crisis y "vacas flacas" se agudiza el ingenio, todo vale si con ello nos sacamos unas "pesetillas" (mejor dicho unos "eurillos")... los timos que siempre han estado presentes son más frecuentes, los clásicos , renovados e incluso nuevos... y luego están los que sacan dinero de debajo de las piedras, me refiero a los falsificadores, cada vez se superan más, lo hacen mejor y es más difícil de detectar si el billete es falso "quasi perfecto" para el ojo humano, e incluso algunas veces para los bancos (o como la crisis también les afecta a ellos, en vez de entregarlo al Banco de España para que lo destruya, y perder ellos, lo largan en el cajero... y luego "demuestre usted que ha sido en este cajero").
¿Qué harías si un día "cae" un billete falso en tus manos?. Evidentemente ante esta hipotética pregunta la respuesta no podría ser otra: "Entregarlo en el banco" porque nosotros seguimos " al pie de la letra" aquello de "no hagas a los demás, no lo que no quieras para ti", pero una mañana vamos al cajero con la esperanza de que aún nos quede algún "dinerillo"de nuestra humilde nómina para pasar la terrible "cuesta arriba" que empinamos cada mes después de pasar por ella la hipoteca, la comunidad, la luz, el agua, el teléfono, el primer plazo del ordenador de Ana, el último del coche... y vemos con asombro que sólo queda poco más de 100 euros para llegar al lejano fin de mes, no nos lo pensamos dos veces, los sacamos, por si pasan el seguro de la casa y vemos nuestra pequeña fortuna mermada y reducida a unos míseros 20 "eurillos" cuando sólo estamos a 20 del corriente y además de comer hay que pagar el disfraz de la fiesta de fin de curso de María... De camino a casa paramos en el "súper", compramos, y... cuando vamos a pagar... La maquina rechaza el dinero, una vez, dos veces, tres veces... "Lo siento - nos dice la cajera - este billete es falso", y no sabemos si, por la vergüenza (la caja está llena de gente), por calor, por la incredulidad, por la mala leche que te entra por haberte tocado a ti, por lo injusto de la situación, de 100 míseros euros, 50 falsos... por la mente te pasan miles de ideas e imágenes, ¿Qué haces ahora?, no hay más dinero en tu cuenta, y 10 largos días para que la nómina haga acto de presencia por tu cuenta corriente... Todo te parece un sueño, "Esto no puede pasarme a mí", "Debe ser un error"... Sólo ha pasado un minuto, pero te parece una eternidad, "Lo he sacado ahora mismo del cajero" - dices con un hilo de voz a penas audible a la cajera - Ella te mira, lo intenta de nuevo y te dice: "Lo siento, pero no es primero que recojo esta semana, además otro cliente ya me ha dicho lo mismo... Llegar hasta el final con 50 euros cuatro personas es imposible... impotencia, ganas de llorar, piensas que todo es un sueño del que despertarás de un momento a otro... pero es la cruda realidad, te ha tocado el billete falso...
Lo cuentas a la familia y amigos, todos quieren verlo, tocarlo, "Menos mal que no me ha tocado a mí" - piensan algunos - "Que pardillo, yo me hubiera dado cuenta" - piensan otros - y mientras tanto tu mente se debate entre lo legal y lo ilegal, hay una delgada línea que puedes atravesar, no te parece justa, pero... a mí me lo han hecho... Sabes que está mal, es un fraude, es engañar, eres cómplice de quien empezó el juego, eres tan falsificador como él... pero lo cierto es que a la mañana siguiente en la pequeña pescadería que hay cerca de casa das el billete falso con total normalidad y recojes el cambio...

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